Ruinas.


Mi reino se desmorona,
me faltan fuerzas y la rutina me ata la soga.
La cabeza me explota,
las dudas me aprisionan y la almohada es la única que me arropa.

No suelo esperar nada,
tan sólo la ausencia de ciertas personas.
“Nunca te aferres a nadie, sólo a ti mismo”
fue lo último que alguien sensato me dijo.

Noches de insomnio que no terminan,
al menos la guitarra me hace compañía.
Y pensar que fue solo hace unos días,
cuando estaba allí con mi familia…

No tengo muchos amigos,
pero tengo a los mejores.
Respecto al amor no tengo prisa,
cansada de falsas ilusiones prefiero irme de birras.

Ya me fallé a mi misma por un desgraciado,
que vuelve a deshoras para hacerme daño.
Que ya no te quiero, ¿lo entiendes?
te sufrí tanto que me has desgastado.

¿Sabes? Suelo fumar de madrugada,
y asomada a mi ventana a veces recuerdo cómo me abrazabas.
Pero no te preocupes,
lo voy olvidando calada tras calada.

Aún así aquí estoy,
aprendiendo a ser más mala y empezando a quererme.
No sé a donde iré ni si alguien me espera,
pero que se queden los que me valoran…
los que día a día me vais desatando la soga.


No hay comentarios:

Publicar un comentario