Hoy es uno de esos días, lo he sabido nada mas levantarme. Me refiero a esa clase de días que cambian el resto, de esos en los que no haces nada pero que a la vez haces todo, de esos en los que te das cuenta de que realmente todo lo que importa de verdad es en lo que menos tiempo inviertes.
Y es así...estamos tan preocupados por hacer lo que nos dicen, tan preocupados por lo que “debemos” hacer que nos olvidamos de lo mas importante...vivir.Y con esto no me refiero a que dejemos nuestras tareas, nuestros trabajos, nuestros estudios, ni todo lo que diariamente solemos hacer, sino que nos paremos a pensar de vez en cuando.
Pensar en lo que nos rodea, en esos momentos contados de nuestra vida en los que nos hayamos sentido realmente felices...en la gente que hemos conocido, en los que se han ido, en los que aún siguen contigo, en los que te quedan por conocer... pero sobretodo piensa en tu actitud ante la vida, en cómo te tomas las cosas porque eso lo puede cambiar todo.
No hagamos de las cosas sencillas un mundo, porque por culpa de eso podemos perder lo que realmente nos importa...y creedme, no merece la pena.
Las cosas son cómo queramos que sean, no hay más.
Haced en cada momento lo que sintáis: reir, llorar, hablar, recordar, soñar, sentir, gritar, amar, odiar, correr o simplemente tumbarte en tu cama y mirar al techo escuchando la música que te gusta...sientete vivo en cada momento, hagas lo que hagas, asi por lo menos todo lo demás tendrá algo más de sentido...
