Caminos.

Frío, es lo único que ella sintió aquella noche...a pesar de que sus cuerpos próximos y desnudos intentaron, aunque en vano, amarse por última vez.

Miedo, el que recorría todo su cuerpo y le obligaba a abrir los ojos a esa realidad de la que tanto había intentado escapar.

Lágrimas, que caían sin cesar, inundando una mirada cargada de palabras que sus labios no se atrevían a pronunciar.

Silencio, es lo único que obtuvo.

Cobardía, por parte de la persona que ella más amaba y admiraba.

Dolor, el que inundaba su corazón cada día y no la dejaba avanzar.

Tiempo...mucho tiempo el que ella necesitó para aceptar que no hay cuentos de hadas, y que a veces, las preguntas, por muchas vueltas que les demos, no tienen respuesta.

Esperanza, porque ahora empieza a valorarse a sí misma y a ver que la vida es mucho más de lo que ella nunca habría podido llegar a imaginar si no hubiera sido por él, por una decisión que sabe que no fue fácil tomar y que aunque también le dolió...sabía que ambos necesitaban.


Gratitud, es lo único que siente ahora, porque le ha preparado para un mundo en el que todo y nada es posible, en el que no existe un para siempre, ya que como la vida misma...todo empieza y todo termina.







Gracias.