Ella.

El humo sale lentamente por mi boca, roza mis labios, alzo la cabeza y veo como se difumina por encima de mi. Tan despacio, de una forma tan mística y elegante que poco a poco, puedo ver como crea formas imposibles en mi imaginación.
Desfile de damas vestidas de blanco, que me sonríen y me incitan al olvido.
El tiempo se detiene, la música me atrapa, se eriza mi piel, las manos me fallan, y mis pensamientos provocan a cada uno de mis recuerdos. Me pierdo en cada momento, todo es posible y por un instante...me siento invencible.

Mis ojos rojos, pero sin lágrimas, pienso que entonces no debe de ser tan malo perderse en su magia.
Envuelta en su trampa, mis pupilas se dilatan, mis párpados se cansan, mi cuerpo se relaja, arden mis mejillas y la luz...me delata.
Arrastrándome hacia los brazos de Morfeo, me recuerdo que siempre permaneceré anclada a esta tierra, como ella. Amada y rechazada, temida y admirada, cuidada y...olvidada.



Envidia.

Querrán verte caer...sólo para creer que sus própias caídas fueron menos dolorosas que la tuya.
Querrán verte llorar...sólo para autoconvencerse de que son más fuertes que tú.
Pero sobre todo, querrán verte fallar..sólo para creerse aún más sus própias mentiras.




A contratiempo.

¿Y tú?...¿Quién eres?,
¿cómo te atreves a meterte así en mi mente?.
Ni siquiera te vi venir,
y encima pones el tiempo contra mí.

No te llamo, 
pero te espero.
Y eso me desespera.

¿Acaso no lo ves?,
no quiero quererte.
Pero es ver tu sonrisa,
y ya me pierdo en posibilidades infinitas.

Sí, esa sonrisa,
que ha raptado mi cordura,
dejándome a solas con la locura.
Pero vale, esta bien,
quédate con mi cordura,
al fin y al cabo nunca la usé demasiado.

Para qué voy a mentirte, 
me has tocado hondo,
y temo que el precio que tendré que pagar,
será terriblemente alto.

Conozco muchos de los fantasmas que viven en tu cabeza,
y me asusta reconocer, 
que eso es lo que más me atrajo al conocerte.
Pero no te preocupes,
chico de los ojos de infarto, 
que yo te ayudaré a calmarlos.
Si me dejas.

A veces me pregunto si eres de verdad, 
o sólo otro estúpido y breve romance
producto de mi desconsiderada imaginación.

Sea como sea,
acabemos donde acabemos,
gracias por haber hecho acto de presencia
en este teatro al que llamo:
"mi desastrosa vida".