Desencanto.

A veces no quiero ni verme por las mañanas,
huyo del espejo y me escondo entre las sábanas.
Y reconozco que a veces pierdo los nervios, 
pero eso es por culpa de todos aquellos recuerdos.

Últimamente en mis sueños, ando buscando un camino,
de esos en los que no hay piedras ni pies doloridos.
Siento que tengo un destino, pero luego en la realidad no le encuentro sentido.

A veces pretendo encerrar todas mis ganas en un botecito,
para poder soltarlas y abrir ya las alas,
pero es que tengo enemigos que viven en mi cabeza,
que no quieren irse y engañan a mi conciencia.

Creo que voy a creer en la hipocresía, 
porque creyendo en lo justo no se hizo justicia.
Y ahora que he saboreado, este gran desencanto,
y ahora que por fin ya veo...
cerraré los ojos.