Ruinas.


Mi reino se desmorona,
me faltan fuerzas y la rutina me ata la soga.
La cabeza me explota,
las dudas me aprisionan y la almohada es la única que me arropa.

No suelo esperar nada,
tan sólo la ausencia de ciertas personas.
“Nunca te aferres a nadie, sólo a ti mismo”
fue lo último que alguien sensato me dijo.

Noches de insomnio que no terminan,
al menos la guitarra me hace compañía.
Y pensar que fue solo hace unos días,
cuando estaba allí con mi familia…

No tengo muchos amigos,
pero tengo a los mejores.
Respecto al amor no tengo prisa,
cansada de falsas ilusiones prefiero irme de birras.

Ya me fallé a mi misma por un desgraciado,
que vuelve a deshoras para hacerme daño.
Que ya no te quiero, ¿lo entiendes?
te sufrí tanto que me has desgastado.

¿Sabes? Suelo fumar de madrugada,
y asomada a mi ventana a veces recuerdo cómo me abrazabas.
Pero no te preocupes,
lo voy olvidando calada tras calada.

Aún así aquí estoy,
aprendiendo a ser más mala y empezando a quererme.
No sé a donde iré ni si alguien me espera,
pero que se queden los que me valoran…
los que día a día me vais desatando la soga.


Él.


Supongo que esto es así, te pasas años sin querer saber nada sobre el amor y de repente te encuentras a la 1:45 de la madrugada escuchando canciones, que si te descuidas, pueden causarte hasta diabetes.

Lo peor es que con esto de los veintitantos ya de nada sirve el autoengaño, así que sonrío para mis adentros y me dejo llevar. No es amor, pero que más da...es aún mejor.
Sólo sé que quiero sentir, y que cuando estoy con él todo es más fácil. No sé si esto durará mucho pero tampoco me importa, me gusta así, libre e independiente.

Puede que me equivoque y que yo sólo sea su pasatiempo, ya ves...tengo la manía de ponerme siempre en el peor de los casos. Pero no me culpo, tengo mis razones y la desconfianza es sin duda mi mayor enemiga.

Mientras tanto aquí estoy, escribiendo textos mediocres preguntándome si algún día volveré a ver el mundo como un lugar en el que merezca la pena vivir. Pero hasta que lo averigüe, seguiré con la cabeza bien alta, luchando por los que quiero y dejando a un lado los problemas innecesarios.

Ya esta bien de arrastrar tanta mierda del pasado, simplemente me he cansado. Buscaré y cuidaré lo que me haga feliz, pero tampoco lloraré si alguien decide apartarse de mi lado. Y es que si la vida es un cambio constante, habrá que adaptarse.

Y bueno en cuanto a él, simplemente quiero que esté bien, porque me encanta y quiero que me siga encantando. Porque ya sea conmigo o sin mi, se merece ser feliz. Se merece todo porque aunque sólo fuese por una noche, me hizo sonreír.