Caminos.

Frío, es lo único que ella sintió aquella noche...a pesar de que sus cuerpos próximos y desnudos intentaron, aunque en vano, amarse por última vez.

Miedo, el que recorría todo su cuerpo y le obligaba a abrir los ojos a esa realidad de la que tanto había intentado escapar.

Lágrimas, que caían sin cesar, inundando una mirada cargada de palabras que sus labios no se atrevían a pronunciar.

Silencio, es lo único que obtuvo.

Cobardía, por parte de la persona que ella más amaba y admiraba.

Dolor, el que inundaba su corazón cada día y no la dejaba avanzar.

Tiempo...mucho tiempo el que ella necesitó para aceptar que no hay cuentos de hadas, y que a veces, las preguntas, por muchas vueltas que les demos, no tienen respuesta.

Esperanza, porque ahora empieza a valorarse a sí misma y a ver que la vida es mucho más de lo que ella nunca habría podido llegar a imaginar si no hubiera sido por él, por una decisión que sabe que no fue fácil tomar y que aunque también le dolió...sabía que ambos necesitaban.


Gratitud, es lo único que siente ahora, porque le ha preparado para un mundo en el que todo y nada es posible, en el que no existe un para siempre, ya que como la vida misma...todo empieza y todo termina.







Gracias.

2 comentarios:

  1. El pasado siempre nos atormenta alguna vez, a todos nos pasa, recordamos y pensamos en el dolor que alguna vez nos ocasionaron.. que es algo de lo que es difícil olvidarse,aun así de todo se aprende, pero haces muy bien sacando lo bueno de las experiencias y sustituyéndolo por lo negativo!

    No te dejes marcar por el dolor del pasado, sigue así! ;)

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  2. Todo es efímero, pero ahí está lo bonito de la vida, el hacer de lo pasajero, algo eterno en nuestras almas. Te sigo, pásate por mi blog, si kieres, un abrazo!! :)

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